Salmos para Bodas

I

Sal 32,12 y 18. 20-21.22

V. La misericordia del Señor llena la tierra.

R. La misericordia del Señor llena la tierra.

V. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él escogió como heredad. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan su misericordia.

R. La misericordia del Señor llena la tierra.

V. Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos.

R. La misericordia del Señor llena la tierra.

V. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

R. La misericordia del Señor llena la tierra.

II

Sal 33, 2-3. 3-5. 6-7. 8-9

V. Bendigo al Señor en todo momento. (o, Gustad y ved qué bueno es el Señor).

R. Bendigo al Señor en todo momento. (o, Gustad y ved qué bueno es el Señor)

V. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloria en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

R. Bendigo al Señor en todo momento. (o, Gustad y ved qué bueno es el Señor).

V. Proclamad conmigo la misericordia del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias.

R. Bendigo al Señor en todo momento. (o, Gustad y ved qué bueno es el Señor).

V. Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

R. Bendigo al Señor en todo momento. (o, Gustad y ved qué bueno es el Señor).

V. El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.

R. Bendigo al Señor en todo momento. (o, Gustad y ved qué bueno es el Señor).

III

Sal 102, 1-2. 8 y 13, 17-18a

V. El Señor es compasivo y misericordioso (o, La misericordia del Señor dura por siempre sobre aquellos que le temen).

R. El Señor es compasivo y misericordioso (o, La misericordia del Señor dura por siempre sobre aquellos que le temen)

V. Bendice, alma mía, al, Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía al Señor, y no olvides sus beneficios.

R. El Señor es compasivo y misericordioso (o, La misericordia del Señor dura a por siempre sobre aquellos que le temen).

V. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.

R. El Señor es compasivo y misericordioso (o, La misericordia del Señor dura por siempre sobre aquellos que le temen)

V. La misericordia del Señor dura por siempre, su justicia pasa de hijos a nietos: para los que guardan la alianza.

R. El Señor es compasivo y misericordioso (o, La misericordia del Señor dura por siempre sobre aquellos que le temen)

IV

Sal 111, 1-2. 3-4. 5-7a. 7bc-8. 9

V. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor ( o, Aleluya).

R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor. (o, Aleluya).

V. Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita.

R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor. (o, Aleluya)

V. En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo.

R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor. (o, Aleluya).

V. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerde será perpetuo.

R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor. (o, Aleluya).

V. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta ver derrotados a sus enemigos.

R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor (o, Aleluya).

V. Reparte limosna a los pobres, su caridad es constante, sin falta y alzará la frente con dignidad.

R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor (o, Aleluya).

V

Sal 127, 1-2. 3-; 4-5

V. Dichosos los que temen al Señor (o, Esta es la bendición del hombre que teme al Señor).

R. Dichosos los que temen al Señor (o, Esta es la bendición del hombre que teme al Señor).

V. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

R. Dichosos los que temen al Señor (o, Esta es la bendición del hombre que teme al Señor).

V. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa.

R. Dichosos lo que temen al Señor (o, Esta es la bendición del hombre que teme al Señor).

V. Esta es la bendición de hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén, todos los días de tu vida.

R. Dichosos los que temen al Señor (o, Esta es la bendición del hombre que teme al Señor)

VI

Sal 144, 8-9. 10 y 15. 17- 18

V. El Señor es bueno con todos.

R. El Señor es bueno con todos.

V. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.

R. El Señor es bueno con todos.

V. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo.

R. El Señor es bueno con todos.

V. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones. Cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.

R. El Señor es bueno con todos.

VII

Sal 148, 1-2. 3-4. 9-10. 11-12ab. 12c-14a

V. Alabad el nombre del Señor (o, Aleluya).

R. Alabad el nombre del Señor (o, Aleluya).

V. Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto; alabadlo, todos sus ángeles, alabadlo, todos sus ejércitos.

R. Alabad el nombre del Señor (o, Aleluya).

V. Alabadlo, sol y luna, Alabadlo, estrellas lucientes; alabadlo, espacios celestes, y aguas que cuelgan en el cielo.

R. Alabad el nombre del Señor (o, Aleluya).

V. Montes y todas las sierras, árboles frutales y cedros; fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan.

R. Alabad el nombre del Señor (o, Aleluya).

V. Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo; los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños.

R. Alabad el nombre del Señor (o, Aleluya)

V. Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Alabanza de todos sus fieles, de Israel su pueblo escogido.

R. Alabad el nombre del Señor (o, Aleluya)

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