SAN NICOLAS DE TOLENTINO

PRESBÍTERO. AGUSTINO

Es considerado –cronológicamente- el primer santo de la Orden de San Agustín. Nació en Sant’Angelo in Pontano (Italia) hacia el año 1245, aunque su nombre va unido a la ciudad de Tolentino donde vivió de 1275 al 10 de Septiembre de 1305, fecha de su muerte, y fecha en la que la Orden de San Agustín celebra su Fiesta litúrgica.

Ingresó de niño en los Agustinos de su pueblo natal como estudiante y novicio. Fue ordenado sacerdote, cuando fue destinado a Tolentino.

Destaca por la predicación, la dedicación pastoral como confesor y la atención a los más necesitados. El espíritu de caridad le llevaba a recorrer los barrios más humildes de la ciudad, a visitar a los moribundos y a

la atención tanto de las miserias espirituales como materiales. En él se abrazan la contemplación y el apostolado, el diálogo con Dios y la sensibilidad por los problemas humanos. Austero, místico, exquisito en la vida común. Era popular por su cercanía con el pueblo y sus frecuentes visitas para consolar y bendecir a los enfermos.

Cuando ya se estaban agotando sus días, alguien le preguntó: “Padre, ¿por qué está tan alegre?” El P. Nicolás respondió: “Porque mi Dios y Señor Jesucristo, acompañado de su Santa Madre y de mi Santo Padre Agustín, me está diciendo: ¡Vamos! Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor”.

Dios realizó a través de fray Nicolás numerosos milagros en vida y después de su muerte.

Es protector de las ALMAS DEL PURGATORIO (ÁNIMAS) y patrono contra la peste, los incendios y la tartamudez.

Fue canonizado el 5 de Junio del año 1446.

San Nicolás nos enseña a estar disponibles cumpliendo las palabras de Cristo: “Amaos unos a otros como yo os he amado”.

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